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Si eres un alto directivo en tu día a día estarás acostumbrado a dirigir personas, motivarlas, revisar su trabajo, analizar su desempeño, ofrecer consejos para mejorar y felicitarlas cuando cumplan los objetivos.

Todo eso lo haces, pero no quieres ser el típico jefe que una vez terminada la jornada se despide.

No, tú quieres ser alguien que los guíe, que los influya y los anime a mejorar cada día como trabajadores. Alguien en quien puedan confiar y a quien le cuenten las dificultades laborales diarias para optimizar los procesos.

Tú quieres ser un líder.

¿Lo eres? Averigua cuáles las habilidades que identifican a los líderes y cómo potenciarlas, para así consolidar tu carrera y llegar a puestos gerenciales.

Qué es un líder

El líder es aquella persona que saber dirigir a cada una de las personas que forman parte de un grupo para que cada día den su mejor esfuerzo. Es quien alienta, enseña, escucha, facilita el crecimiento de las personas a las que guía.

Además, el líder se gana la confianza de sus colaboradores de tal manera que se establece un flujo de comunicación natural que permite la consecución de objetivos.

Jefe vs líder

Si bien estas dos palabras pueden llevar a equívoco, desde el Instituto Europea de Alta Dirección queremos recalcar lo que los diferencia.

Para empezar el jefe es una persona que piensa en los logros del equipo como suyos, los resultados son gracias a su buen obrar. Por otro, el líder reconoce el arduo trabajo que ha realizado cada uno de los miembros del equipo, y no duda en reconocerlo cuando tiene la oportunidad, así como celebrar los buenos resultados con todos.

Otra gran diferencia entre el jefe y el líder es que el primero da órdenes y espera que estas sean acatadas, mientras que el segundo da directrices flexibles y está dispuesto a escuchar las sugerencias de sus colaboradores para mejorar en los procesos.

De hecho, lo que siempre hace un buen líder es intentar entender a sus empleados y ganarse su confianza, para que exista una buena comunicación que facilite un ambiente armonioso y un rápido proceder en épocas de mucha presión laboral.

Por último, el líder siempre está dispuesto a aprender de sus errores para mejorar y que los resultados sean mejores.

Características del líder

Para ser un líder no basta con querer serlo, sino que hay que desarrollar una serie de habilidades especiales para poder impulsar a tus colaboradores y conseguir mejores resultados.

Empatía

La primera habilidad de todo buen líder y la que inmediatamente lo distingue de un jefe. La empatía es esa capacidad de ponerse en la piel del otro y experimentar sus sentimientos. Algo muy importante en el ámbito laboral, especialmente cuando estamos empezando a conocer a nuestros colaboradores.

La empatía también es muy útil para descubrir los talentos ocultos de nuestros empleados para potenciarlos y mejorar el rendimiento general.

Autoconfianza

¿Cómo vas a poder dirigir un equipo si no tienes confianza en ti mismo? ¿Cómo los vas a motivar si tú no crees en tus palabras? Si un líder no tiene autoconfianza no podrá guiar a sus compañeros ni comentarles las mejoras oportunas para mejorar.

En pocas palabras: no será un líder.

Saber delegar

Un buen líder confía en su equipo y también es consciente de sus capacidades, por lo que no tiene problemas en delegar el trabajo para que todos tengas la misma carga.

Además, el líder organiza el flujo laboral de tal manera que asigna las actividades según experiencia y habilidad. Esto no solo le sirve para ganarse la confianza y el aprecio de sus empleados, sino para mejorar la eficiencia y los tiempos de entrega.

Algo que tendrá un efecto inmediato en los resultados.

Análisis y proyección a futuro

A un líder no le basta con obtener unos buenos resultados, analiza el tiempo actual y proyecta los posibles futuros, de esta manera puede adelantarse a los acontecimientos y reservar fuerzas y recursos. O, por el contrario, motivar a sus trabajadores para consigan unos resultados y beneficios extraordinarios.

De hecho, con el fin de hacer esto, el líder conoce varias técnicas para motivar a sus colaboradores.

Flexibilidad y resiliencia

Finalmente, el buen líder sabe que hay épocas buenas y malas, y aprovecha las dos.

Más aún, el líder es flexible consigo mismo y con los demás, y gracias esto y a su autoconfianza tiene resiliencia. No se rinde y sigue trabajando incansablemente hasta que su esfuerzo de los resultados esperados.

Cómo adquirir las competencias de un líder

Como ya te puedes imaginar un líder no nace, se hace, eso significa que todos podemos ser líderes si trabajamos para ello.
Para garantizar que así sea puedes hacer distintos cursos sobre empatía o un PDD en Habilidades de Gestión directivas y Gestión del Talento, un curso intensivo y práctico en el que desarrollarás todas las habilidades que identifican a un líder y te convertirás en el guía de tus colaboradores.

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