Skip to content

Una de las cosas que más se habla en la teoría de negocios es sobre la cultura empresarial y cómo esta ayuda a darle una identidad clara a la misma. Algo fundamental para que el público objetivo la reconozca separada de su competencia.

Sin embargo, se menciona que la cultura empresarial es una herramienta muy útil para aumentar la rentabilidad de la compañía. Si eres un alto directivo que quieres descubrir cómo obtener todas las ventajas posibles de tu cultura empresarial… Sigue leyendo.

Qué es la cultura corporativa

Desde el Instituto Europeo de Alta Dirección, entendemos la cultura corporativa como esa serie de intangibles que componen la imagen e identidad de la empresa y dictan cómo esta se comporta según las distintas situaciones.

La cultura empresarial está formada por los valores, ideales, actitudes y objetivos. Son estos los que establecen la normas y las formas de trabajar.

Aunque hay muchos tipos de culturas empresariales, uno de los puntos más importantes de estas es que deben representar a todos los trabajadores de la empresa.

Es más, para que una cultura empresarial tenga un impacto positivo en el trabajo diario, tiene que aunar su identidad con sus objetivos y unir a los trabajadores bajo unos mismos valores y formas de pensar.

Elementos de la cultura empresarial

La cultura corporativa es un conjunto de ideas y principios que vertebran toda la identidad de una organización, le dan una personalidad única e irrepetible y una forma de trabajar distintivita, algo que en la actualidad de es fundamental ahora que la competencia es global.

Esta personalidad está formada por:

  • Visión: es el objetivo final de una empresa, y por eso no solo guía a los directivos, sino que motiva a los empleados a trabajar para conseguir la meta más alta a través de la consecución de objetivos.
  • Valores: son la base de la cultura empresarial, ya que de ellas se obtienen las normas de comportamiento que moldearán las mentes de todos los colaboradores. Para que los valores sean aceptados por todos tienen que representar a todos los integrantes de la organización.
  • Estructura organizacional: impacta profundamente en las relaciones entre colaboradores y líderes, ya que dicta cómo son las normas de comportamiento y, por tanto, el trabajo en sí. En este sentido, mientras más planas y flexibles sean, mejor será la comunicación.
  • Talento humano: la cultura corporativa se hace entre todos los trabajadores de una compañía, que evoluciona y crece gracias a los empleados. Esto significa que no basta con tener profesionales con talento, sino que se necesita que compartan los valores y la visión.
  • Prácticas empresariales: las prácticas que promueve la empresa son importantes para cristalizar la cultura empresarial y mejorar el ambiente de trabajo, lo cual facilitará una mejor rentabilidad. A fin de cuentas, la cultura se construye día a día. Las prácticas empresariales pueden incluir técnicas de gestión de grupo, entre otros

Beneficios de la cultura corporativa para la productividad

La cultura empresarial ofrece multitud de beneficios a las empresas que la implementan de forma correcta, sobre todo en la productividad, porque obtienen los siguientes beneficios:

Identidad clara

Cuando existe una visión, es decir, una idea clara de hacia dónde quiere ir la empresa, es más sencillo de reunir todos los recursos necesarios y encaminarse a la meta.

Esto se traduce en la creación de una estrategia precisa, basada en unos objetivos pautados, lo cual incrementa la productividad, ya que los esfuerzos no se escatiman.

Fomenta los valores de la empresa

Como se ha mencionado antes, en la cultura corporativa los valores son los que definen las normas de comportamiento y las formas de trabajar, por lo que, si una organización los tiene bien establecidos, no gastará recursos intentando encontrar estrategias eficientes.

Esto agiliza el flujo de trabajo, disminuye los errores y aumenta la rentabilidad.

Motiva a los trabajadores

Si una cultura empresarial es fuerte, es decir, hay una identidad clara, un objetivo preciso, unos valores que representan a todos los trabajadores y una forma laborar compartida, los empleados se sentirán valorados y motivados para alcanzar el objetivo más alto de la compañía: la visión.

Si esto se combina con un buen flujo de comunicación en el que todos pueden expresar su opinión, y unas prácticas empresariales inclusivas, no solo se elevará la productividad, sino que muchos profesionales querrán trabajar en tu empresa.

Atrae al mejor talento

Cuando ya tu cultura empresarial esté establecida y sea conocida más allá de las paredes de la compañía, no tendrás que buscar el talento que necesitas, porque este vendrá solo impulsado por tu buena imagen y política empresarial.

Y así se cerrará un círculo virtuoso que no hará más que retroalimentarse elevando cada vez más los índices de productividad.

Si quieres saber cómo instaurar una buena cultura empresarial, deberías hacer el Máster en Administración y Dirección de Empresas. Contacta con la escuela de negocios más prestigiosa de España y eleva tu productividad.

 




Llámanos al 91 793 18 18
o te llamamos