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A día de hoy, destacar es complicado: todo el mundo se encuentra más que preparado académicamente para realizar su trabajo con independencia, soltura y profesionalidad. Sin embargo, esto no es suficiente para ser jefe o alcanzar puestos en el equipo directivo.

Las empresas buscan algo más: habilidades directivas.

Las habilidades directivas también son fundamentales si eres un alto directivo, y quieres consolidarte en ese puesto, ya te que te permiten liderar a los equipos que tengas a tu cargo con eficiencia y empatía, para siempre mantener la productividad alta.

¿Quieres saber más sobre las habilidades directivas?

Qué son las habilidades directivas

También conocidas como habilidades de gestión o habilidades organizativas, las habilidades directivas son un conjunto de capacidades que posee una persona, las cuales le permiten ejercer con eficiencia el rol de organizador, coordinador y de liderazgo en un grupo determinado.

En las empresas, este tipo de habilidades de gestión son muy deseadas en los puestos intermedios y altos, ya que ayudan a organizar el flujo de trabajo, disminuyen la rotación laboral y aumentan la productividad empresarial.

Habilidades directivas más demandadas

Hay muchos tipos de habilidades gerenciales: las técnicas, las conceptuales, las interpersonales, etc. En el Instituto Europeo de Alta Dirección sabemos que, entre todas estas, hay 6 habilidades directivas que todas las empresas demandan para acceder y permanecer en puestos directivos. Algunas de estas son:

Inteligencia social y emocional

¿Cómo vamos a guiar un bien a un equipo si no podemos empatizar con él? ¿Si no entendemos los estados de ánimo de nuestros colaboradores? ¿Si no sabemos comunicarnos con ellos y transmitir lo que realmente queremos?

Es por todo esto que la inteligencia emocional y social como parte de las habilidades directivas es tan importante en puestos gerenciales, ya que no solo estamos haciendo nuestro trabajo, sino estamos guiando a personas y a su desempeño para que este sea excelente. Por eso, tenemos que indicarles el rumbo y lo que esperamos de su trabajo y la calidad del mismo.

Gestión de equipos

Unido a lo anterior, la gestión de equipos se entiende como la capacidad de organizar el flujo de trabajo tanto nuestro como el de los demás. Esto significa que sabemos analizar y prever a futuro momentos de gran carga laboral, y por tanto avisamos y gestionamos el trabajo lo mejor que podamos para que nadie acabe agotado.

La gestión de equipos también se trata de saber trabajar cómodamente con todos los perfiles, así como saber comunicarse con ellos y motivarlos en el debido momento.
Resolución de conflictos

Al igual que hay que motivar a tus colaboradores, también hay que saber cómo negociar y resolver los conflictos. Y es que trabajando día a día con personas es normal que surjan diferencias. Este el motivo por el que la resolución de conflictos es una habilidad directiva tan codiciada.

Para resolver el conflicto de forma exitosa debes ser capaz de empatizar con todas las partes involucradas e intentar ser lo más objetivo posible. Si es un conflicto entre dos colaboradores, tendrás que mediar entre ambas partes y ser lo más neutral que se pueda.

Regulación emocional

Una de las habilidades directivas más importantes que tienes que desarrollar si posees o aspiras a un puesto en el equipo directivo.

El estrés es un acompañante diario del trabajo, y este se ve incrementado cuando tienes que guiar personas.

Para poder soportarlo diariamente tienes que saber gestionarlo, no puedes echárselo a los demás, ya que eso no solo incide negativamente en el ambiente laboral, sino que tu imagen como profesional se ve muy afectada.

Si tus colaboradores y compañeros te ven sereno aún en los momentos de mayor presión, tu reputación crecerá y consolidarás tu posición como alto directivo.

Resiliencia

Los cambios se aceleran, y ahora más gracias al aumento de la digitalización. El mundo avanza muy aprisa y tenemos que saber que los conocimientos se quedarán obsoletos más temprano que tarde, que la manera en la que trabajamos ya no nos servirá y tendremos que adaptarnos, ser flexibles y tener resiliencia.

La resiliencia es una de las habilidades directivas que también sirven para afrontar la vida y momentos más difíciles, pues nos ayuda a percatarnos que nada dura para siempre y que siempre vendrán tiempos mejores.

Autoconfianza

La última de las habilidades directivas y la que te consolidará más en el puesto. Para ser parte de un equipo directivo y dirigir a tus colaboradores con eficiencia, se necesita confianza en sí mismo y los demás, en que sabrán transmitirte sus inquietudes y responder a lo que tú les pidas.

Esta habilidad también te ayudará a delegar tu trabajo mejor, pues si conoces y confías en tus colaboradores, no tendrás problemas en organizar el trabajo de tal manera que todo el mundo tenga la misma cantidad de trabajo y nadie se cargue de estrés innecesario.

Desarrollo de las habilidades directivas

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