La negociación colectiva es sin duda uno de los procesos más habituales en una empresa. Pese a ello, muchas personas todavía no conocen bien qué es la negociación colectiva y qué implica para el trabajador.
Si te interesa el mundo de las relaciones laborales y quieres formarte en este campo, es necesario que sepas en qué consiste la negociación colectiva.
¿Qué se entiende por negociación colectiva?
Se trata de una serie de reglas y normas que regulan las condiciones de empleo de un determinado grupo de trabajadores.
La negociación colectiva es una herramienta de diálogo social a partir de la que se acuerdan y establecen las “reglas” de la empresa, como, por ejemplo: los salarios, el tiempo de trabajo, la formación y capacitación profesional, la seguridad, la salud en el trabajo y la igualdad de trato.
Objetivos de una negociación colectiva
Generalmente, una negociación colectiva parte de la petición conjunta de un grupo de trabajadores que tienen problemas y necesidades laborales comunes.
Por tanto, la negociación colectiva actúa para solventar esas necesidades de forma general en vez de individual. De esta forma, el proceso es mucho más fluido que las negociaciones con cada empleado, lo que termina generando mejores resultados.
Fases de la negociación colectiva
Cada tipo de negociación a la que nos podamos enfrentar tiene sus propias características y normas.
Sin embargo, todos los tipos de negociaciones que existen tienen una cosa en común: reunirnos con otra u otras personas para intentar llegar a un acuerdo sobre un asunto que nos interesa.
Las distintas fases para hacer esto son:
Preparación de la negociación
Durante la negociación es fundamental no improvisar así que, cuando comience su desarrollo, tenemos que ir con las ideas muy claras y los cálculos muy bien hechos.
Para ello, se cuenta con las aportaciones que puedan darnos otros compañeros que tengan algún criterio sobre los asuntos a negociar o alguna autoridad sobre ellos. También se puede contar con el asesoramiento de profesionales, según cada caso.
En primer lugar, debemos tener claro cuál es nuestro objetivo y lo que deseamos. El paso siguiente será decidir hasta dónde estamos dispuestos a ceder, ya que una negociación consiste en que todas las partes cedan y consigan algo.
Se debe estudiar qué consecuencias tendría no llegar a un acuerdo, tanto para nosotros como para la otra parte. Además de buscar diferentes alternativas u otras opciones que puedan satisfacer nuestro objetivo en caso de que la otra parte no ceda de primeras.
Desarrollo de la negociación
Para el desarrollo de la negociación se debe fijar un lugar y un momento concreto para encontrarnos con la parte con las que vamos a negociar.
En el momento de la discusión de las partes, se deben exponer ambos puntos de vista y hacer las primeras ofertas. Debes actuar con lealtad y no intentar engañar o sacar partido solo tú.
Comenzaremos pidiendo lo máximo, poco a poco durante la discusión con la otra parte habrá tiempo de ir cediendo y adaptando la oferta.
Una vez que las cartas están sobre la mesa, es cuándo se debe llegar a un acuerdo, aunque también puede ser posible que no consigamos llegar a ese acuerdo. En ese caso, la negociación habrá fracasado.
Cierre de la negociación
Este cierre sólo se puede producir cuando el acuerdo abarca todos los puntos sobre los que estamos negociando, no puede quedar nada fuera, salvo que sea posible excluirlo de manera expresa del acuerdo y llegar a un acuerdo parcial sobre determinados elementos.
Es muy importante que no existan malentendidos ni equívocos, el acuerdo final debe estar muy claro para todos.
Reflejar lo acordado contractualmente
Una vez que hemos conseguido alcanzar el acuerdo se debe redactar por escrito de manera que también quede fijado en un documento que sea firmado por todas las partes. De esa forma, los vinculados se comprometen con la validez de lo pactado y el cumplimiento de lo escrito.
No es imprescindible que una negociación figure en un documento escrito para que sea válida y eficaz, pero sirve para probar su existencia y para evitar problemas futuros en su cumplimiento.
Ejemplos de negociación colectiva
Seguro que son muchos los que se preguntan para qué sirve la negociación colectiva exactamente, pues bien, estos son algunos de los ejemplos más importantes:
- Establecer acuerdos de trabajo y empleo, por ejemplo, determinar horarios de trabajo, vacaciones, permisos y sanciones por retrasos.
- Controlar relaciones entre trabajadores y empleados. Esto debe incluir la relación entre quienes lo representan. Para ello, se deben crear canales de comunicación entre trabajadores y empleadores, gestión de conflictos y formas de participación en la empresa, entre otros.
- Determinar las escalas salariales, bonos, incentivos, etc.
- Lograr un acuerdo colectivo aceptado por ambas partes.
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